viernes, 31 de agosto de 2012

Con las ganas...




Recuerdo que al llegar ni me miraste,
fui solo una más de cientos
y, sin embargo, fueron tuyos
los primeros voleteos.

Cómo no pude darme cuenta
que hay ascensores prohibidos,
que hay pecados compartidos,
y que tú estabas tan cerca.

Me disfrazo de ti.
Te disfrazas de mí.
Y jugamos a ser humanos
en esta habitación gris.

Muerdo el agua por ti.
Te deslizas por mí.
Y jugamos a ser dos gatos
que no se quieren dormir.

Mis anclajes no pararon tus instintos,
ni los tuyos, mis quejidos.
Y dejo correr mis tuercas
y que hormigas me retuerzan.

Quiero que no dejes de estrujarme
sin que yo te diga nada.
Que tus yemas sean lagañas
enganchadas a mis vértices.

Me disfrazo de ti.
Te disfrazas de mí.
Y jugamos a ser humanos
en esta habitación gris.

Muerdo el agua por ti.
Te deslizas por mí.
Y jugamos a ser dos gatos
que no se quieren dormir.

No sé que acabó sucediendo,
sólo sentí dentro dardos.
Nuestra incómoda postura
se dilató en el espacio

Se me hunde el dolor en el costado,
se me nublan los recodos,
tengo sed y estoy tragando,
no quiero no estar a tu lado.

Me disfrazo de ti.
Te disfrazas de mí.
Y jugamos a ser humanos
en esta habitación gris.

Muerdo el agua por ti.
Te deslizas por mí.
Y jugamos a ser dos gatos
que no se quieren dormir.

Me moriré de ganas de decirte
que te voy a echar de menos…
Y las palabras se me apartan,
me vacían las entrañas

Finjo que no sé, y que no has sabido.
Finjo que no me gusta estar contigo…
Y al perderme entre mis dedos
te recuerdo sin esfuerzo

Me moriré de ganas de decirte
que te voy a echar de menos.



Zahara









No quiero no estar a tu lado...

martes, 28 de agosto de 2012

Mujer de madrugada...








Esta soy yo...
una mujer verdadera, sin maquillaje y con ojeras.

Una mujer escribiendo a las dos de la mañana
reescribiendo relatos eróticos y otros más que hieren el alma.

Una mujer real,
con estrías y dolores en el vientre
de estatura baja y corazón ardiente.

Una mujer en la madrugada
confesando al ordenador sus secretos,
justificando las lágrimas derramadas.

La que va sonámbula a su cama,
a soñar con mil hombres...
pero ninguno soñará con ella esta noche...
ni ninguna otra.