lunes, 24 de septiembre de 2012

Recuerdos...









Recuerdo como se te estremecías al sentir mi lengua recorriendo la intensa erección
surcando en tu tallo; bebiendote, succionando entre vaivenes.

Recuerdo los gemidos ahogandose en tu garganta con esa voz grave que sacudía mis piernas;
la piel estremecida, los músculos tensos, la sangre hirviendo y tu corazón palpitando en mi boca
hambrienta de ti.

Lo que más me gustaba era sentir como crecías dentro de mi boca; y con cada movimiento de mi lengua tu cuerpo reaccionaba, vibraba, ardía y pedia más y más...movimientos frenéticos, ir y venir.

Apareciendo y desapareciendo entre mis labios, la saliva corria, mi mano imitaba tus movimientos,
cada centimetro tuyo, cada partícula de tu pene conocio la profundidad de mi garganta, el calor de mi cavidad.

El corazón latía con mayor intensidad, estabas a punto de estallar, aquella erección se convirtio en un firme monumento que pedía estallar; así que sin interrumpir mi operación, cerré mis labios fuertemente y succioné con más fuerza e intensidad, aceleré el ritmo...


Una fuente tibia y espesa resbaló entre mis comisuras...entre espasmos y gemidos...te corriste intensamente. Bebí tu esencia, saboree cada gota.


Poco a poco descendiste...y yo recostada a tu lado, esperé que tu alma regresara a tu cuerpo.




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